Si no fuera porque somos chicos podríamos dirigir el seder de Rosh Hashana en nuestras propias casas.
Que el gusto del tamar (dátil), rimon (granada) y tapuaj vidvash (manzana con miel) nos dure todo el año. Y el sonido del shofar nos recuerde siempre lo bueno que es disculparnos en momentos de discordia.
Una jornada de crecimiento espiritual.
Compartimos algunas fotos:
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Copyright Instituto Educativo Bereshit. 2013. |
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